Que difícil es incluir palabras en una foto, que decir cuando es un retrato. En esta foto son esenciales y armonizan perfectamente en el fondo con la figura de la maestra apoyada sobre el escritorio. Todo está en su justo sitio. Me hace recordar cuando era estudiante que juzgaba a los profesores y profesoras por como escribían en el pizarrón. Siempre me producía admiración cuando las oraciones se mantenían rectas de izquierda a derecha en ese fondo verde. Que grato es ver este proyecto continuar.
Yo creo que esta foto podría pasar a la posteridad como la Gioconda de LDV las sombras muy bien captadas y el rostro de la modelo listos a revelar su interior.
Gracias Ricardo y Humberto. Este retrato fue muy especial. La Prof. Andreína fue muy complicada de retratar. Tenía muchas aprensiones. Quería lucir de cierta manera. Yo había estando pensando en la locación 30 minutos antes de que ella llegara. Creo que lo que se dice de Avedon de "cansar al sujeto" funcionó. Después de mover la mesa, esperar la luz correcta, probar distintas poses, apareció la foto que ven. Más allá de la expresión de la cara, que es una de tantas, lo que ahora aprecio es la manera como sus manos reposan en sus piernas, fluyendo hacia abajo. El presunto balance de la foto no fue pensado, fue visto. Eso es lo que me gusta de la fotografía. Cuando no pienso sino veo.
3 comentarios:
Que difícil es incluir palabras en una foto, que decir cuando es un retrato. En esta foto son esenciales y armonizan perfectamente en el fondo con la figura de la maestra apoyada sobre el escritorio. Todo está en su justo sitio.
Me hace recordar cuando era estudiante que juzgaba a los profesores y profesoras por como escribían en el pizarrón. Siempre me producía admiración cuando las oraciones se mantenían rectas de izquierda a derecha en ese fondo verde.
Que grato es ver este proyecto continuar.
Yo creo que esta foto podría pasar a la posteridad como la Gioconda de LDV las sombras muy bien captadas y el rostro de la modelo listos a revelar su interior.
Gracias Ricardo y Humberto. Este retrato fue muy especial. La Prof. Andreína fue muy complicada de retratar. Tenía muchas aprensiones. Quería lucir de cierta manera. Yo había estando pensando en la locación 30 minutos antes de que ella llegara. Creo que lo que se dice de Avedon de "cansar al sujeto" funcionó. Después de mover la mesa, esperar la luz correcta, probar distintas poses, apareció la foto que ven. Más allá de la expresión de la cara, que es una de tantas, lo que ahora aprecio es la manera como sus manos reposan en sus piernas, fluyendo hacia abajo. El presunto balance de la foto no fue pensado, fue visto. Eso es lo que me gusta de la fotografía. Cuando no pienso sino veo.
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